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IRGC: Un Estado dentro del Estado Iraní

La IRGC -Guardia Revolucionaria Iraní por sus siglas en inglés- (Sepāh e Pāsdārān e Enqelāb e Eslāmi) es conocida en Irán como los “pasdaranes” o “sepah”. Esta unidad, fundada en el año 1979 por el ayatolá Ruhollah Khomeini y compuesta íntegramente de voluntarios, constituye el brazo ideológico del régimen y funciona de forma totalmente independiente del ejército. Es el instrumento más importante con el que cuenta el régimen iraní. La Guardia sólo responde ante el sucesor de Khomeini, el ayatolá Ali Khamenei (el Líder supremo), y constituye un estado dentro del estado, con sus propias fuerzas aéreas, armada, unidades de combate y seguridad, servicio de inteligencia, fuerza expedicionaria (las brigadas Al Quds) y sistema penitenciario; su influencia se hace notar en todos los sectores de la sociedad iraní.
Aunque solo la integran 125.000 soldados, la Guardia Revolucionaria Iraní controla a los basiyis, una milicia de voluntarios armados formada por cientos de miles de jóvenes de ambos sexos que se encargan de mantener el orden en todos los rincones de Irán y de defender los intereses del régimen de los mulás. Los basiyis son los soldados de a pie de la Guardia Revolucionaria. Según la IRNA, una agencia de prensa iraní controlada por el estado, las organizaciones basiyis cuentan con unos 12 millones y medio de miembros, aunque la mayoría de ellos lo son solo de nombre y no participan en las actividades de la milicia. Sus miembros disfrutan de importantes privilegios sociales y por ello atrae a muchas personas de menos convicción ideológica. Su rama dura constituye la espina dorsal del régimen. En su discurso en una conferencia sobre Irán celebrada el mes pasado en Berlín, Alí Alfoneh, científico iraní exilado que trabaja en la actualidad para el American Enterprise Institute, comparó al ejercito regular de Irán con la Wehrmacht y a la Guardia Revolucionaria con las SS.

La exportación de la revolución islámica

En la constitución de la República Islámica de Irán se detallan el rol y las competencias globales de la Guardia Revolucionaria: «A la hora de formar y equipar a las fuerzas armadas de la nación, habrá que prestar especial atención al credo y a la ideología. [...] No son únicamente responsables de proteger y garantizar las fronteras del país, sino también de cumplir la misión ideológica de la yihad sagrada: llevar la soberanía de Alá a todo el mundo. Esto se hace en consonancia con el siguiente verso del Corán: “Preparad contra ellos todas vuestras fuerzas y caballería, que así abatiréis a los enemigos de Alá y vuestros, y a otros que aún desconocéis, pero que Alá conoce. (Surah 8:60)” (del preámbulo). Hay que mantener a la Guardia Revolucionaria, fundada durante los primeros días del triunfo de la Revolución [Islámica], para que pueda seguir protegiendo a la Revolución y sus logros». (del artículo 150)

Poder económico

La Guardia Revolucionaria ya no se puede considerar una organización exclusivamente militar, ya que controla algunos sectores clave de la economía iraní, entre otros el de los contratistas que obtienen contratos estatales y se encargan de su concesión. También tiene intereses en la extracción de crudo y gas natural, en el sector militar y en el de las comunicaciones. Además de esto, al encargarse de la protección de las fronteras participa de forma significativa en el contrabando de bienes de consumo, que son revendidos con un margen de beneficio en el mercado iraní. En un informe titulado The rise of the Pasdaran que la Rand Corporation publicó en 2009, se describe a la Guardia Revolucionaria como un conglomerado sociopolítico económico que se ramifica por todos los rincones de la vida social y política de Irán. Esta organización, que se puede considerar por encima de la ley, ha protagonizado la represión violenta de las protestas populares contra las elecciones fraudulentas del verano de 2009. Desde entonces no ha hecho más que estrechar el férreo control que ejerce sobre la nación. El 13 de noviembre de 2009, el Wall Street Journal informó de que la milicia controla ahora los cuerpos de inteligencia y de seguridad.

Terrorismo y armamento de destrucción masiva

Otra de sus áreas de control es el desarrollo y producción de armas de destrucción masiva, la importación ilegal de las piezas que las componen a través de empresas que funcionan como tapadera y el apoyo al terrorismo internacional, que incluye el respaldo a Hamás, Hezbollah, el Talibán en Afganistán y las milicias antioccidentales de Iraq. Por este motivo, el 15 de agosto de 2007, la administración de Estados Unidos clasificó a la totalidad de la Guardia Revolucionaria como terrorista internacional con designación especial. El 25 de octubre de ese mismo año, esta medida se concretó en los dos aspectos de la organización que resultan más problemáticos para la comunidad internacional: se incluyó en la lista de organizaciones boicoteadas por Estados Unidos a las brigadas Al Quds —la fuerza expedicionaria de la milicia— como organización terrorista y a la Guardia Revolucionaria como proliferador de armamento de destrucción masiva. A efectos prácticos, ambas designaciones se pueden considerar similares.